In memoriam Luis Schmid

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Desde Editores SRL y el medio Luminotecnia escribimos en su momento un comunicado difundiendo la triste noticia del fallecimiento de Luis Schmid el pasado 10 de abril. En esta oportunidad, el artículo pretende honrarlo, para compartir el dolor con quien lo conoció, y para que quien no haya tenido el placer, sepa al menos que se trató de un referente de la iluminación en nuestro país, respetado por las opiniones más relevantes del sector.
La noticia de su deceso no nos pasa desapercibida. Luis partió tranquilo, víctima de una enfermedad difícil. Pero hasta no hace mucho tiempo, su mano estaba a cargo de la escritura de editoriales para la revista Luminotecnia, el medio de difusión más importante de la Asociación Argentina de Luminotecnia. Con el mismo fervor, enviaba a la editorial artículos de su autoría. El trato con él era constante, siempre ameno, siempre presente. Para Editores SRL, la casa editorial a cargo de la confección del medio, Luis era un amigo, alguien que acompañó a la empresa incluso desde sus orígenes, allá por 1988.
Entendemos que el dolor no es solo nuestro. Desde estas palabras, enviamos nuestras sinceras condolencias a su familia, a sus amigos, a sus colegas.
Y qué poca justicia hacemos a su memoria si este escrito termina acá. Luis fue nada más y nada menos que un referente de la luz en todo el territorio argentino. Como gerente de una empresa de alto alcance internacional como Osram, Schmid fue testigo directo del desarrollo de tecnologías de vanguardia en iluminación. Desde esa posición, era un intermediario predilecto entre la gran innovadora empresa global y las obras de iluminación que se llevaban a cabo en cualquier rincón del país. Luis viajaba, iba, venía, hablaba alemán, hablaba español, él estaba y se comunicaba.
Luis sabía de iluminación, de productos, de mercado luminotécnico, de tecnología, de equipos. Era sagaz con sus opiniones, y muchos recordarán su análisis del rubro cuando lo diagnosticó con “dicroititis”, en referencia a la fiebre por las dicroicas que padecían los luminotécnicos, que colocaban dichas luminarias en cualquier espacio. No menos perspicaz fue para sugerir una “leditis” en los tiempos actuales. En rigor, si de led se trata, Luis Schmid lo vio nacer, crecer, convertirse en una tecnología asequible y expandirse por todos lados. Cuando hablaba de led, sabía lo que decía desde mucho antes de que otros supieran siquiera que existía.
Su experiencia, su saber hacer, su don de gentes, su conocimiento, lo llevaron al final de su vida a ejercer como asesor de importantes empresas que pretendían desarrollar nuevos artefactos de iluminación.
Su conocimiento no fue menor a su enorme vocación de servicio y, sobre todo, su espíritu comunitario. Como miembro activo de la Asociación Argentina de Luminotecnia desde hacía mucho tiempo, llegó a ocupar el cargo de presidente a nivel nacional, y luego a nivel local en la regional de Buenos Aires. Donde sea que estuviera, era un entusiasta organizador de encuentros y, por supuesto, disertante respetado. Logró lo que muchos quizá anhelan: ser considerado, tanto por empresarios, como por académicos.
El aniversario de los 50 años de la AADL llegó con Luis siendo presidente, y su gestión fue insustituible para lograr un encuentro nacional con luminotécnicos, ingenieros, arquitectos y diseñadores de todo el país. Por entonces, corría el año 2016, y Luis en un editorial escribía: “Siempre me he sentido integrado en ese excelente grupo que sabe y practica la buena luz”. Era lo menos que se podía hacer por él. ¡Hasta siempre, Luis!

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